LONDRES, Inglaterra, jun. 24, 2009.- Por primera vez en más de 700 años los miembros de la Cámara Baja del Parlamento de Westminster votaron en secreto en tres rondas eligiendo a su "Speaker", el presidente de la Cámara.
El parlamentario conservador reformista de 46 años de edad John Bercow fue elegido para el prestigiado puesto, convirtiéndose en el "Speaker" número 157 en la historia del Parlamento británico.
Bercow sustituye al laborista Michael Martin, que tuvo que dimitir hace un mes por las revelaciones de abuso en los gastos públicos en los Comunes. El escándalo ha dañado severamente la reputación del parlamento más viejo del mundo Occidental. Por casi dos meses los diarios británicos publicaron hasta los más diminutos detalles de los gastos exóticos y hasta ridículos de los legisladores, que fueron reembolsados por el contribuyente británico vía sus impuestos.
Desde galletas y chocolates, hasta "hipotecas fantasmas", los parlamentarios de todos los partidos políticos cobraban docenas de miles de libras anualmente, justificando sus gastos como esenciales para sus labores legislativas.
En las elecciones de los Comunes, Bercow venció en la 3era ronda al otro partidario conservador Sir George Young, de 67 años. Respaldado por muchos parlamentarios del partido laborista, Bercow consiguió 322 votos, mientras que el candidato más veterano recibió 271.
Por primera vez en la historia del Parlamento de Westminster un judío británico accede a este prestigioso cargo. Bajo la orden constitucional del Reino Unido, el presidente de los Comunes es la tercera figura política más importante del país: sólo tras la monarca Isabel II y el primer ministro Gordon Brown. "Quiero implementar una agenda de reformas, de renovación y revitalización de los valores cruciales de esta honorable institución", declaró el nuevo presidente al tomar posesión de la silla en el famoso salón verde de la Cámara Baja.
Siguiendo la tradición de siglos, el nuevo "Speaker" de inmediato prometió imparcialidad e independencia total. En su primer discurso en su nuevo cargo, Bercow insistió que quiere crear un sistema transparente y justo de gastos parlamentarios.
Además, declaró que la Cámara Baja debe tener poderes mucho más amplios en cuanto al control de todos los ministros del Gobierno británico. Por ejemplo, los miembros del Gobierno, incluyendo el primer ministro, serán obligados a presentar todas sus iniciativas políticas de mayor importancia ante el parlamento de Westminster. "La elección del nuevo presidente de los Comunes representa un nuevo paso importante en el proceso de cambio que necesita la Cámara Baja.
Casado y padre de tres hijos, Bercow es considerado un modernizador y un "conservador moderado". Hace dos décadas Bercow empezó su carrera política como miembro del ala más radical de los "tories" : una de sus primeras iniciativas en los años ochentas del siglo pasado fue "Colgar a Nelson Mandela" (a quién los derechistas conservadores entonces consideraban un "criminal pro-marxista". Pero desde su llegada al Parlamento en 1997, Bercow se ha moderado tanto con los años que algunos de sus partidarios conservadores han llegado a sospechar que podría abandonar a sus colegas y convertirse en miembro del Partido Laborista.
El parlamentario conservador reformista de 46 años de edad John Bercow fue elegido para el prestigiado puesto, convirtiéndose en el "Speaker" número 157 en la historia del Parlamento británico.
Bercow sustituye al laborista Michael Martin, que tuvo que dimitir hace un mes por las revelaciones de abuso en los gastos públicos en los Comunes. El escándalo ha dañado severamente la reputación del parlamento más viejo del mundo Occidental. Por casi dos meses los diarios británicos publicaron hasta los más diminutos detalles de los gastos exóticos y hasta ridículos de los legisladores, que fueron reembolsados por el contribuyente británico vía sus impuestos.
Desde galletas y chocolates, hasta "hipotecas fantasmas", los parlamentarios de todos los partidos políticos cobraban docenas de miles de libras anualmente, justificando sus gastos como esenciales para sus labores legislativas.
En las elecciones de los Comunes, Bercow venció en la 3era ronda al otro partidario conservador Sir George Young, de 67 años. Respaldado por muchos parlamentarios del partido laborista, Bercow consiguió 322 votos, mientras que el candidato más veterano recibió 271.
Por primera vez en la historia del Parlamento de Westminster un judío británico accede a este prestigioso cargo. Bajo la orden constitucional del Reino Unido, el presidente de los Comunes es la tercera figura política más importante del país: sólo tras la monarca Isabel II y el primer ministro Gordon Brown. "Quiero implementar una agenda de reformas, de renovación y revitalización de los valores cruciales de esta honorable institución", declaró el nuevo presidente al tomar posesión de la silla en el famoso salón verde de la Cámara Baja.
Siguiendo la tradición de siglos, el nuevo "Speaker" de inmediato prometió imparcialidad e independencia total. En su primer discurso en su nuevo cargo, Bercow insistió que quiere crear un sistema transparente y justo de gastos parlamentarios.
Además, declaró que la Cámara Baja debe tener poderes mucho más amplios en cuanto al control de todos los ministros del Gobierno británico. Por ejemplo, los miembros del Gobierno, incluyendo el primer ministro, serán obligados a presentar todas sus iniciativas políticas de mayor importancia ante el parlamento de Westminster. "La elección del nuevo presidente de los Comunes representa un nuevo paso importante en el proceso de cambio que necesita la Cámara Baja.
Casado y padre de tres hijos, Bercow es considerado un modernizador y un "conservador moderado". Hace dos décadas Bercow empezó su carrera política como miembro del ala más radical de los "tories" : una de sus primeras iniciativas en los años ochentas del siglo pasado fue "Colgar a Nelson Mandela" (a quién los derechistas conservadores entonces consideraban un "criminal pro-marxista". Pero desde su llegada al Parlamento en 1997, Bercow se ha moderado tanto con los años que algunos de sus partidarios conservadores han llegado a sospechar que podría abandonar a sus colegas y convertirse en miembro del Partido Laborista.
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