TEGUCIGALPA, Honduras, jun. 25, 2009.- Militares hondureños salieron este jueves a las calles de Tegucigalpa tras la destitución de su jefe, el general Romeo Vásquez, por parte del presidente Manuel Zelaya, quien sigue adelante con la consulta sobre una reforma constitucional que le abriría el camino a su reelección.
La movilización de centenares de militares se centró sobre todo en edificios como el Aeropuerto Internacional de Toncontín, la sede del Parlamento, los alrededores de la Corte Suprema, la Casa Presidencial y algunos puentes de la ciudad, entre otros sitios.
El despliegue de tropas se produjo horas después de que Zelaya anunciara la destitución del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Vásquez, por negarse a cumplir instrucciones del Ejecutivo para que los militares dieran apoyo logístico a la encuesta.
El mandatario hondureño insistió hoy en celebrar el domingo la "consulta popular", pese a la negativa del Ejército a colaborar y a que los tribunales la han declarado ilegal, y aseguró que "los militares no se gobiernan solos".
La consulta, promovida por Zelaya desde noviembre y considerada "ilegal" por varios organismos del Estado, ha provocado una polarización entre seguidores y detractores del gobernante, que hoy acudió a un cuartel militar a recoger urnas y papeletas para llevar a cabo la encuesta.
El mandatario irrumpió en la sede de la Fuerza Aérea junto a decenas de seguidores que gritaban consignas a favor de la consulta popular, criticando a la Corte Suprema y al Parlamento, que esta semana calificaron como "ilegal" la iniciativa de Zelaya.
La crisis política se agudizó el miércoles por la noche, cuando el gobernante destituyó al general Vásquez, lo que motivó la renuncia del ministro de Defensa, Ángel Edmundo Orellana, que fue aceptada por el jefe de Estado.
El general Vásquez argumentó el mismo miércoles que no respaldó la iniciativa del presidente porque un tribunal de justicia la había declarado ilegal.
Zelaya, que se llevó de la Fuerza Aérea el material de la consulta popular, incluidas urnas y papeletas, también solicitó hoy a la Organización de Estados Americanos (OEA) una sesión extraordinaria de su Consejo Permanente para analizar la difícil situación política del país, que fue convocada para mañana.
En el país se encuentra Raúl Arconada, el enviado por la OEA para encabezar un grupo de observación de ese organismo de la encuesta impulsada por Zelaya, misión que ha sido rechazada tanto por el Parlamento hondureño como por varios sectores sociales del país.
La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema también asestó hoy un golpe político a Zelaya, al dejar sin efecto la destitución del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, en respuesta a dos recursos de amparo presentados por un abogado a título personal, en un caso, y por el Ministerio Público, en el otro.
El fiscal general del Estado, Luis Rubí, expresó que Zelaya también ha transgredido la ley al destituir al general Vásquez.
Por su parte, la Sala de lo Constitucional señaló en una declaración que "la intención de inmiscuir a las Fuerzas Armadas en un acto administrativo de naturaleza meramente político conduce a claras acciones que violentan la Carta Fundamental".
El mismo fallo señala que el despido del general "ha sido declarado ilegal por el órgano jurisdiccional del país, porque incurre en un incumplimiento de la ley", y que Vásquez "ha actuado apegado a derecho al no atender la instrucción jurídicamente improcedente".
Zelaya le respondió al poder judicial acusándolo de haber "creado un Estado militar y un Estado civil", al rechazar su decisión de destituir a Romeo Vásquez.
Honduras "ha sido un Estado burgués", dijo el jefe de Estado y aseguró que quienes se oponen a una reforma de la Carta Magna "son los ricos, los grupos de poder", que durante muchos años "han estado violando las leyes del país".
Mientras, muchos capitalinos inundaron los supermercados para abastecerse de comida ante el "temor a un golpe de Estado", según comentaron varios de ellos a Efe.
Zelaya, quien cumple su mandato presidencial el 27 de enero de 2010, anunció el miércoles, después de destituir al general Vásquez, que hoy recibiría a "sectores del país que quieran acompañarnos" y al pueblo para tomar decisiones en pro del desarrollo y de la democracia hondureña".
El presidente del opositor Partido Nacional, Ricardo Álvarez, al igual que otros sectores sociales, hicieron hoy un llamamiento a Zelaya y a las demás autoridades del país a mantener la calma y buscar solución a la crisis mediante el diálogo.
Zelaya ha reiterado que no pretende el continuismo en el cargo, lo que no permite la actual Carta Magna, pero tampoco ha descartado presentarse de nuevo como candidato mediante la reforma constitucional que promueve, para lo que, según sus adversarios, está recibiendo apoyo de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
La movilización de centenares de militares se centró sobre todo en edificios como el Aeropuerto Internacional de Toncontín, la sede del Parlamento, los alrededores de la Corte Suprema, la Casa Presidencial y algunos puentes de la ciudad, entre otros sitios.
El despliegue de tropas se produjo horas después de que Zelaya anunciara la destitución del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Vásquez, por negarse a cumplir instrucciones del Ejecutivo para que los militares dieran apoyo logístico a la encuesta.
El mandatario hondureño insistió hoy en celebrar el domingo la "consulta popular", pese a la negativa del Ejército a colaborar y a que los tribunales la han declarado ilegal, y aseguró que "los militares no se gobiernan solos".
La consulta, promovida por Zelaya desde noviembre y considerada "ilegal" por varios organismos del Estado, ha provocado una polarización entre seguidores y detractores del gobernante, que hoy acudió a un cuartel militar a recoger urnas y papeletas para llevar a cabo la encuesta.
El mandatario irrumpió en la sede de la Fuerza Aérea junto a decenas de seguidores que gritaban consignas a favor de la consulta popular, criticando a la Corte Suprema y al Parlamento, que esta semana calificaron como "ilegal" la iniciativa de Zelaya.
La crisis política se agudizó el miércoles por la noche, cuando el gobernante destituyó al general Vásquez, lo que motivó la renuncia del ministro de Defensa, Ángel Edmundo Orellana, que fue aceptada por el jefe de Estado.
El general Vásquez argumentó el mismo miércoles que no respaldó la iniciativa del presidente porque un tribunal de justicia la había declarado ilegal.
Zelaya, que se llevó de la Fuerza Aérea el material de la consulta popular, incluidas urnas y papeletas, también solicitó hoy a la Organización de Estados Americanos (OEA) una sesión extraordinaria de su Consejo Permanente para analizar la difícil situación política del país, que fue convocada para mañana.
En el país se encuentra Raúl Arconada, el enviado por la OEA para encabezar un grupo de observación de ese organismo de la encuesta impulsada por Zelaya, misión que ha sido rechazada tanto por el Parlamento hondureño como por varios sectores sociales del país.
La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema también asestó hoy un golpe político a Zelaya, al dejar sin efecto la destitución del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, en respuesta a dos recursos de amparo presentados por un abogado a título personal, en un caso, y por el Ministerio Público, en el otro.
El fiscal general del Estado, Luis Rubí, expresó que Zelaya también ha transgredido la ley al destituir al general Vásquez.
Por su parte, la Sala de lo Constitucional señaló en una declaración que "la intención de inmiscuir a las Fuerzas Armadas en un acto administrativo de naturaleza meramente político conduce a claras acciones que violentan la Carta Fundamental".
El mismo fallo señala que el despido del general "ha sido declarado ilegal por el órgano jurisdiccional del país, porque incurre en un incumplimiento de la ley", y que Vásquez "ha actuado apegado a derecho al no atender la instrucción jurídicamente improcedente".
Zelaya le respondió al poder judicial acusándolo de haber "creado un Estado militar y un Estado civil", al rechazar su decisión de destituir a Romeo Vásquez.
Honduras "ha sido un Estado burgués", dijo el jefe de Estado y aseguró que quienes se oponen a una reforma de la Carta Magna "son los ricos, los grupos de poder", que durante muchos años "han estado violando las leyes del país".
Mientras, muchos capitalinos inundaron los supermercados para abastecerse de comida ante el "temor a un golpe de Estado", según comentaron varios de ellos a Efe.
Zelaya, quien cumple su mandato presidencial el 27 de enero de 2010, anunció el miércoles, después de destituir al general Vásquez, que hoy recibiría a "sectores del país que quieran acompañarnos" y al pueblo para tomar decisiones en pro del desarrollo y de la democracia hondureña".
El presidente del opositor Partido Nacional, Ricardo Álvarez, al igual que otros sectores sociales, hicieron hoy un llamamiento a Zelaya y a las demás autoridades del país a mantener la calma y buscar solución a la crisis mediante el diálogo.
Zelaya ha reiterado que no pretende el continuismo en el cargo, lo que no permite la actual Carta Magna, pero tampoco ha descartado presentarse de nuevo como candidato mediante la reforma constitucional que promueve, para lo que, según sus adversarios, está recibiendo apoyo de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
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