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El anticastrista, fallecido el miércoles, fue acusado del atentado a un avión en 1976
Para el gobierno cubano era un terrorista que nunca mostró asomo de remordimiento alguno por sus actos. Para el exilio anticastrista en Miami, era un “guerrero” que luchó en contra del régimen comunista de Fidel Castro.
Orlando Bosch Ávila, quien falleció el miércoles, a los 84 años, en Miami, tras una larga enfermedad, recién había publicado en diciembre sus memorias: “Orlando Bosch, los años que he vivido”. Poco después fue internado, aquejado de diversos males.
Pero sus simpatizantes aseguraban que Bosch resistiría, que no quería morirse antes de ver a Fidel Castro, su enemigo acérrimo, estuviera fuera del poder —el ex presidente cubano renunció el 19 de abril a la máxima jefatura del Partido Comunista de Cuba (PCC), su último alto cargo político—. “Murió con la satisfacción de saber que la lucha, aunque por otros medios, es mantenida por aquellos de nosotros que no nos hemos ido”, aseguró Pepe Hernández, director de la Fundación Cubano-Estadounidense en Miami, al enterarse del deceso del anticastrista.
Atentado de Cubana
Tanto Bosch como el también ex miliciano Luis Posada Carriles, ambos de origen cubano, fueron acusados por el atentado contra el vuelo 455 de Cubana del 6 de octubre de 1976 en el que fallecieron las 73 personas que viajaban de Venezuela a Cuba. “Todos los aviones de Castro son aviones de guerra”, dijo Bosch en 1987, en una aparente justificación a este ataque.
Las autoridades venezolanas arrestaron a Bosch y lo tuvieron preso 11 años.
Sin embargo, no consiguieron encontrarlo culpable y finalmente lo dejaron en libertad para que volviera a EU. Sin embargo, en este país Bosch era considerado un fugitivo y se le arrestó en 1988. Dos años después fue liberado, porque el gobierno estadounidense no encontró un país dispuesto a aceptarlo como un deportado.
No era la primera vez que Bosch pisaba una cárcel de EU. En 1968, fue arrestado en Florida, por disparar una bazooka contra un carguero polaco fondeado en el puerto de Miami.
Bosch, que odiaba cualquier cosa que tuviera que ver con Castro, argumentó que el gobierno comunista polaco apoyaba al de Cuba. Fue condenado a 10 años de prisión. Pero antes de cumplir la condena, se le dictó libertad condicional.
Decidido a seguir con su guerra contra el comunismo, Bosch huyó de EU en 1974, violando los términos de su libertad. Fue justo esa violación la que lo mandó de nuevo a prisión en 1988. Pero las presiones del exilio anticastrista no cesaron hasta que quedó libre. Cuba aseguró que Bosch era un “protegido de Bush”, en alusión al entonces presidente George H. W. Bush.
Bosch, nacido el 18 de agosto de 1926 en la localidad de Potrerillo, no fue siempre un anticastrista. A los 20 años se trasladó a La Habana, donde cursó estudios de Medicina —se especializó en pediatría— y se afilió a una célula del movimiento “26 de Julio”, fundado por Fidel Castro para luchar contra la dictadura de Fulgencio Batista. Según contó Bosch, en 1950 tuvo que huir a Miami porque las fuerzas de Batista estaban a punto de detenerlo. Regresó a Cuba en 1959, una vez que había triunfado la revolución comandada por Castro.
Pero el encanto no le duró mucho. Entre más se apegaba Fidel al comunismo, más se distanciaba de él Bosch, hasta que decidió abandonar la isla, en julio de 1960, e irse a Miami.
Una vez en EU, Bosch se acercó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EU y dirigió la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), que el diario oficialista cubano Granma describió ayer como “el grupo terrorista cubanoamericano más devastador de la segunda mitad del siglo pasado”.
Juventud Rebelde, otro diario cubano, aseguró que Bosch murió “lleno de deudas con la justicia”. En cambio, para el exilio anticastrista, Bosch fue “un patriota que dedicó su vida a tratar de devolverle la libertad al pueblo cubano”. (Con información de agencias)
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