LIMA, Perú, jun. 7, 2009.-En el día de la bandera y flanqueado por militares y policías, el presidente peruano, Alan García, denunció una conspiración contra la democracia
Aseguró además que Perú no cederá ni a la violencia ni al chantaje de quienes quieren detener el progreso nacional.
García rindió homenaje también a los 22 policías muertos en los graves incidentes sociales en la selva nororiental del país.
La Defensoría del Pueblo confirmó desde Bagua Grande, escenario de los disturbios, que hasta el momento el número de víctimas asciende a 30, de ellas diez son nativos. Se indicó asimismo que hay 39 personas, entre nativos y mestizos, detenidos en cuarteles militares.
En tanto, las fuerzas armadas han asumido el control e implantado el toque de queda en las localidades amazónicas afectadas por la violencia.
"Las Fuerzas Armadas garantizan la defensa de los derechos humanos y el orden con firmeza en Bagua. Para ello, tenemos el personal necesario para evitar posibles desmanes o actos de desorden público" dijo el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, el general Francisco Contreras.
Los militares han exhortado a la población a acatar las disposiciones de la autoridad a fin de mantener la calma y la tranquilidad.
La presión militar busca evitar que los nativos, quienes se oponen a la exploración de petróleo y gas en sus territorios selváticos, vuelvan a alzarse en armas.
De otro lado, en Lima, la policía sepultó a nueve de sus primeras víctimas. Hondas escenas de dolor y consternación fueron protagonizadas por los familiares de los fallecidos. Al sepelio no asistieron ni la Ministra del Interior Mercedes Cabanillas ni otras autoridades gubernamentales.
Los policías, enardecidos, culparon al gobierno de la muerte de sus colegas de armas. El suboficial Wilson Vilca Romero se preguntaba cuántas vidas se han perdido por culpa del gobierno, por la irresponsabilidad del Presidente Alan García, sus ministros y congresistas. Otro custodio, César Delgado pidió la renuncia del gabinete de ministros.
El mismo pedido ha sido hecho por la oposición, pero los ministros liderados por el premier Yehude Simon han responsabilizado a los dirigentes nativos y a los azuzadores políticos que se esconden tras ellos, de las horas amargas que vive hoy en el Perú.
Aseguró además que Perú no cederá ni a la violencia ni al chantaje de quienes quieren detener el progreso nacional.
García rindió homenaje también a los 22 policías muertos en los graves incidentes sociales en la selva nororiental del país.
La Defensoría del Pueblo confirmó desde Bagua Grande, escenario de los disturbios, que hasta el momento el número de víctimas asciende a 30, de ellas diez son nativos. Se indicó asimismo que hay 39 personas, entre nativos y mestizos, detenidos en cuarteles militares.
En tanto, las fuerzas armadas han asumido el control e implantado el toque de queda en las localidades amazónicas afectadas por la violencia.
"Las Fuerzas Armadas garantizan la defensa de los derechos humanos y el orden con firmeza en Bagua. Para ello, tenemos el personal necesario para evitar posibles desmanes o actos de desorden público" dijo el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, el general Francisco Contreras.
Los militares han exhortado a la población a acatar las disposiciones de la autoridad a fin de mantener la calma y la tranquilidad.
La presión militar busca evitar que los nativos, quienes se oponen a la exploración de petróleo y gas en sus territorios selváticos, vuelvan a alzarse en armas.
De otro lado, en Lima, la policía sepultó a nueve de sus primeras víctimas. Hondas escenas de dolor y consternación fueron protagonizadas por los familiares de los fallecidos. Al sepelio no asistieron ni la Ministra del Interior Mercedes Cabanillas ni otras autoridades gubernamentales.
Los policías, enardecidos, culparon al gobierno de la muerte de sus colegas de armas. El suboficial Wilson Vilca Romero se preguntaba cuántas vidas se han perdido por culpa del gobierno, por la irresponsabilidad del Presidente Alan García, sus ministros y congresistas. Otro custodio, César Delgado pidió la renuncia del gabinete de ministros.
El mismo pedido ha sido hecho por la oposición, pero los ministros liderados por el premier Yehude Simon han responsabilizado a los dirigentes nativos y a los azuzadores políticos que se esconden tras ellos, de las horas amargas que vive hoy en el Perú.
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