Quito.- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue recibido como un héroe por una muchedumbre al salir al balcón del Palacio de Gobierno, tras ser rescatado sano y salvo de un hospital de esta capital, donde policías sublevados lo mantuvieron cercado durante unas doce horas.
“Hoy el presidente no ha claudicado como hicieron otros cobardes”, dijo Correa, aludiendo a su negativa a negociar con los policías que lo retuvieron. “Jamás aceptamos negociar nada bajo presión, nada. Por el diálogo todo”, dijo Correa, que les dijo a sus captores: “o salgo como presidente de una nación digna o salgo como un cadáver”.
La gente coreaba “Lucio, asesino, Lucio, asesino”, en alusión al ex presidente Lucio Gutiérrez, un ex militar golpista electo presidente y derrocado en 2005. Correa asentía —“es eso, es eso”— reiterando su acusación de que Gutiérrez estaba tras la rebelión de la policía.
Gutiérrez había rechazado poco antes cualquier vinculación con la asonada: “Mis primeras palabras son para rechazar las cobardes, las falsas, las temerarias acusaciones del presidente Correa”, dijo a CNN en español desde Brasil.
El levantamiento de los policías se inició ayer por la mañana con la toma de varios cuarteles en Quito, Guayaquil (oeste) y Cuenca (sur).
El presidente acudió a uno de los cuarteles en Quito a hablar con los policías y a decirles que no cedería ante sus presiones.
“Señores si quieren matar al presidente, aquí está, mátenlo si les da la gana, mátenlo si tienen poder, mátenlo si tienen valor en vez de estar en la muchedumbre cobardemente escondidos”, exclamó Correa al realizar un gesto dramático: se aflojó la corbata y se desabotonó el cuello de la camisa.
Los sublevados atacaron al mandatario y a su comitiva a la salida del cuartel con gases lacrimógenos, y Correa tuvo que ser ingresado en camilla en un hospital policial aledaño, donde fue cercado por los policías. Correa fue operado recientemente de una rodilla, por cuarta ocasión, y camina con un andador.
Luego, policías rebeldes ocuparon el Parlamento y militares de la Fuerza Aérea bloquearon la pista del aeropuerto de Quito. El levantamiento fue tildado de “golpe de Estado” por Correa y provocó la movilización del resto de países latinoamericanos.
La ley de servicio público que originó el conflicto ya había provocado una crisis entre Correa y su bloque legislativo, que el miércoles rechazó algunos artículos de la iniciativa para reducir la nómina estatal. Debido a ello, el mandatario amenazó con disolver el Congreso y llamar a elecciones generales anticipadas según la ley constitucional llamada “muerte cruzada” (art. 130 y 148) según la cual el ejecutivo puede disolver al legislativo o viceversa. Los legisladores pueden también “matar” al presidente de turno si ocurre una “convulsión interna grave”.
Correa fue sacado del Hospital de la Policía Nacional, contiguo al Regimiento policial Quinto, el más importante del país, donde estaba impedido de salir por policías sublevados, en medio de un combate entre éstos y militares leales. “Lo sacamos, lo sacamos”, dijo por teléfono a la agencia AFP el viceministro del Interior, Edwin Jarrín.
El mandatario dejó en un convoy de tres camionetas resguardado por soldados y un grupo de elite de la policía leal.
Correa hizo un primer intento para salir del centro médico, adonde se refugió tras ser agredido por los policías, pero debió mantenerse en el sitio al arreciar el enfrentamiento a tiros, que se prolongó en os alrededores del hospital.
Lo bueno es que fue liberado.
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