Quito.- Con un casco, una máscara antigases y en silla de ruedas, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, abandonó hoy el Hospital Policial en que se mantuvo en toda esta jornada de crisis por la sublevación de policías de tropas y algunos sectores militares que reclaman beneficios salariales.
Tras una fuerte balacera entre militares y policías, las Fuerzas Armadas lograron controlar la situación e ingresaron al Hospital donde actuaron en coordinación con la Policía para proteger la integridad del mandatario.
Después del operativo Correa llegó al Palacio de Carondelet, en donde dirigió un discurso a una multitud de seguidores que se mantuvieron horas concentrados en el lugar y lo vitorearon cuando apareció en el balcón que da a la plaza.
Correa estuvo por casi nueve horas en el lugar donde fue atendido por un cuadro de asfixia causado por los gases lacrimógenos. Esta noche el Hospital se convirtió por más de veinte minutos en escenario de una guerra campal de los uniformados ante el desconcierto de civiles que respaldan al mandatario.
Hace unos minutos, veinte elementos del Grupo de Operaciones Expeciales de la Policía se presentaron ante el Hospital para evacuar al presidente.
Dos camiones con decenas de militares protegidos por escudos antimotines y fuertemente armados ingresaron al Hospital entre las balas y bombas lacrimógenas de respuesta a su presencia de parte de los policías insubordinados y cámaras de televisión captaron inclusive a civiles disparando armas de fuego.
La situación se mantuvo muy confusa en un hecho inédito de violencia en Ecuador, a pesar de que desde 1997 han caído tres mandatarios antes de finalizar sus periodos de gobierno.
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