El ministro de Minería de ese país anunció que todo indica que el rescate comenzará “a las cero horas del miércoles”, por lo que esta noche será la última que duerman juntos en el socavón.
Mina San José.- “Hoy los mineros duermen su última noche juntos”, escribió el lunes el jefe del grupo de socorristas, aludiendo al rescate de 33 mineros que llevan 68 días en las entrañas del desierto del norte de Chile.
La inminencia del rescate la anticipó también por la mañana el ministro de Minería, Laurence Golborne, al anunciar que todo indica que el rescate comenzará “a las cero horas del miércoles”.
Golborne señaló que ya se realizaron pruebas con la cápsula de rescate que sacará a los mineros del fondo del socavón.
Dijo que la jaula de rescate bajó hasta 610 metros y “los resultados de esa prueba han sido muy promisorios”.
“No la bajamos (hasta el fondo) porque no podíamos arriesgarnos a que alguien saltara en ella”, bromeó el ministro en una conferencia de prensa en la mina con miembros del equipo de rescate.
La cápsula bajó al menos cuatro veces, alrededor de las seis de la mañana, sin experimentar ningún bamboleo y “no existe la caída ni siquiera de polvo”, dijo.
André Sougarret, el jefe del equipo de rescate que escribió en su cuenta de Twitter el mensaje sobre la última noche de los mineros en el socavón, indicó más temprano que “hemos eliminado el riesgo de atrapamiento” de la cápsula Fénix, de acero y de 3,95 metros de alto.
El túnel concluido el fin de semana tiene 622 metros y llega hasta un taller al que los 33 acceden a través de un corredor desde el refugio donde estaban el día del derrumbe, el 5 de agosto.
Golborne dijo que el reforzamiento del túnel sufrió inconvenientes, al trabarse uno de los tubos de acero que se introducían.
Ese fue cortado un poco y se dejó el proceso hasta esa profundidad de 55 metros para no dañar el foso. El plan original era reforzar al menos los 96 metros iniciales del ducto.
Antes del inicio del rescate, se instalará la plataforma que sostendrá el mecanismo para que la cápsula suba y baje del hoyo, lo cual tomará unas 48 horas, dijo Golborne.
Algunos familiares que esperan a sus parientes en una ciudadela levantada en torno a la mina comen ansías.
“Pero para mí es como si fuera ayer el día que quedamos aquí. Dios quiso que me quedara acá, no sé, para que yo cambie. Y he pensado y voy a cambiar mucho'', dijo Jimmy Sánchez en una carta enviada desde el fondo de la mina a su cuñada Roxana Avalos. Jimmy tiene una hija de cuatro meses de nacida, y su esposa se llama Helen Avalos.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, indicó que el domingo por la tarde se decidió que para el rescate bajen un experto minero y un paramédico, y que pasadas 12 horas de trabajo ayudando a los mineros a subir, bajen otros dos rescatistas al socavón.
Los cuatro subirán hasta que salga el último minero.
La lista oficial del orden de salida aún no se divulga y Golborne insistió en que sólo se conocerá después que los primeros evalúen al grupo.
Saber que se culminó el reforzamiento del túnel y que queda tan poco días para la salida “es una sensación de alegría, mezclada con mucha angustia”, dijo María Segovia, hermana de Darío Segovia, de 48 años, uno de los mineros atrapados. Cuando lo vea “le diré que lo amo, estoy muy orgullosa de ti, luego (le daré) una patadita en el trasero” para que nunca más vuelva a meterse en una mina”, agregó sonriente.
El teniente coronel de la fuerza aérea Aldo Carbone comandará la evacuación de los mineros desde la mina hacia el hospital de Copiapó, capital de la región de Atacama, donde se ubica el yacimiento, un trayecto de unos 50 kilómetros que demora entre ocho y 12 minutos.
Reiteró que los vuelos se realizarán en dos helicópteros Bell 412 y habrá un tercero de respaldo.
Poco antes, un camión sacó de la mina la perforadora T130, que el sábado culminó el túnel de salida.
Los overoles verdes con el nombre de cada minero escrito en el pecho, diseñados en Santiago con tela que repele el agua, llegaron la víspera a la mina y se les entregarán a los 33 pocas horas antes de su salida, dijo Alejandro Pino, al frente de la comida, ropa y atención médica de los mineros atrapados.
El preparador físico del grupo, doctor Jean Romagnoli, explicó antes que debido a la curvatura que presenta el túnel de 622 metros por los que ascenderá la cápsula, será imposible la transmisión por radio frecuencia, por lo que serán los propios mineros los que informarán verbalmente sus signos vitales a los médicos que estarán monitoreándolos en la superficie.
Para cumplir esa tarea se entregará a cada minero un pequeño computador y se les enseñará a leer los datos.
El ministro de Salud Mañalich informó que primero saldrán cuatro hombres que se encuentran entre los más fuertes física y sobretodo mentalmente, ya que deberán tener la tranquilidad suficiente para transmitir datos a la superficie durante su ascenso y sugerir correcciones si surgen imprevistos. Luego, los 10 más débiles o enfermos y al final los más fuertes.
La Operación San Lorenzo, como se bautizó la fase del rescate por el santo patrón de los mineros, tardará unas 48 horas.
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