Brasilia.- El sucesor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en la Presidencia de Brasil se definirá el 31 de octubre próximo, entre la vencedora de la primera vuelta de los comicios de ayer, la oficialista Dilma Rousseff, y el segundo, el socialdemócrata José Serra, informó el Tribunal Superior Electoral.
“Podemos confirmar que habrá segunda vuelta en las elecciones presidenciales”, dijo el presidente del Tribunal, Ricardo Lewandowski.
Con 100 por ciento del escrutinio realizado, la candidata del presidente Lula, que lideró las encuestas con amplia ventaja desde el inicio de la campaña, alcanzó 48.61% de los votos válidos, contra 32.65% de su principal adversario, José Serra, el ex gobernador de Sao Paulo de 68 años.
La sorpresa de la jornada fue el voto para la candidata del Partido Verde, Marina Silva, que sumaba 19.4%, muy por encima de lo estimado en las encuestas, y que la convirtió en la candidata más votada entre los presidenciales en la capital Brasilia y la segunda en Río de Janeiro.
Con este resultado, Rousseff se quedó corta para llevarse la victoria, aunque aseguró que encarará “con mucha garra y energía” la segunda vuelta ante el opositor José Serra.
“Considero esta etapa un momento muy especial en mi vida”, dijo la abanderada del Partido de los Trabajadores (PT), quien le dedicó un “agradecimiento muy especial” al presidente Lula da Silva por el apoyo ofrecido en la campaña electoral.
En una breve declaración, Rousseff, quien se mostraba visiblemente cansada tras la jornada electoral, valoró el hecho de que los comicios se realizaron “dentro de la más absoluta normalidad”, lo que supone “un momento importante para la vida democrática del país”.
En tanto, el economista José Serra, candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y veterano político que ha ocupado casi todos los cargos públicos en Brasil, contradijo los pronósticos y accedió a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales, al igual que lo hizo en 2002.
Como hace ocho años, cuando fue derrotado en las urnas por Lula da Silva, Serra no parte como favorito, pero por su experiencia en contiendas electorales lo postula como un duro adversario, con opciones de alcanzar la presidencia.
Por su parte, el ex mandatario brasileño Fernando Henrique Cardoso comparó a Rousseff con un “fantoche” sin liderazgo político propio y movido por Lula da Silva.
“Lo que está demostrado es que, independiente de la popularidad de Lula, su candidata no consiguió la misma cosa. Lo importante no es la transferencia de votos sino tener voluntad política y capacidad de liderazgo”, dijo Cardoso en declaraciones tras votar en un colegio electoral de Sao Paulo.
Según Cardoso, compañero de filas de Serra, lo importante para Brasil es poder contar con “políticos reales y no con fantoches”. El ex jefe de Estado (1995-2002) reconoció que Lula, con su elevada popularidad, consiguió transferirle votos a su candidata para sucederle, pero agregó que no todos los electores que aprueban al actual gobernante confían en una candidata sin mucha experiencia política.
“Nunca hubo una aplandora del gobierno como la actual. Nunca antes en la historia de este país, como le gusta decir a Lula, hubo un presidente que hiciera tanta presión para ganar una elección y, sin embargo, está ahí llorando para ver si va o no va (a ganar)”, dijo.
Los candidatos opositores triunfaron en seis estados, mientras que en el Amazonas fue reelegido el gobernador Omar Aziz, apoyado por una coalición mixta, y en las diez regiones restantes, Brasilia incluida, nadie superó la mitad de los sufragios, por lo que se tendrá que celebrar una segunda vuelta el próximo 31 de octubre.
El Partido de los Trabajadores de Lula da Silva ganó en cuatro estados y sus aliados, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño y el Partido Socialista Brasileño tuvieron tres gobernaciones cada uno.
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