sábado, 6 de noviembre de 2010

Asciende a 122 cifra de muertos por erupción de volcán del Monte Merapi

MILENIO

La población más gravemente afectada es la de Bronggang en Indonesia, se localiza a 15 kilómetros del feroz cráter, dentro del perímetro que el gobierno designó como "zona de peligro"

Monte Merapi.- En la erupción más potente en un siglo, el volcán del Monte Merapi despidió con estruendo oleadas de gases abrasadores que incendiaron casas y árboles, y que envolvieron en llamas a los aldeanos cuando trataban de huir en desbandada.

Decenas de cadáveres que fueron hallados el viernes elevaron la cifra de muertos a 122.
La población más gravemente afectada, Bronggang, se localiza a 15 kilómetros (nueve millas) del feroz cráter, dentro del perímetro que el gobierno designó como "zona de peligro".

Los heridos —con sus ropas, mantas y aun colchonetas adheridas a la piel por el intenso calor de 750 grados centígrados (1.400 F)— fueron conducidos en camillas después de la primera explosión al filo de la medianoche.

Los soldados se sumaron a la operación de rescate en Bronggang, donde extrajeron por lo menos 78 cadáveres de la casas y las calles cubiertas por una alfombra de ceniza de hasta 30 centímetros (un pie) de espesor.

Los techos desplomados, los restos del ganado calcinados y sillas rotas —todo cubierto de hollín— se extendían hasta donde alcanzaba la vista.

La zona de peligro se ha ampliado a un diámetro de 20 kilómetros (12 millas) desde la cumbre del volcán, llegando a los límites de la antigua capital real de Indonesia, Yogyakarta, que fue colocada en alerta máxima.

Una mujer, Sri Sucirathasri dijo que su familia se había quedado en su casa en Bronggang la noche del jueves por que no se les informó que deberían evacuar.
Ellos despertaron en la oscuridad cuando la montaña arrojaba estruendosamente fumarolas de gases incandescentes. Trataron desesperadamente huir en motocicleta de esos gases, que llegaron a alcanzar velocidades de hasta 100 kilómetros por hora (60 mph).

Su madre, padre y hermana de 12 años, Prisca, salieron antes, pero ante la gran cantidad de ceniza que impedía la visibilidad, de manera equivocada condujeron hacia las peligrosas descargas del volcán, en vez de alejarse de éstas.

Sri, de 18 años, fue a buscarlos cuando escuchó los gritos de su madre, dejando en casa a una hermana mayor que murió cuando la casa se incendió.

"Era un lugar seguro, no recibimos órdenes de evacuar", dijo Sri, con una mirada fija en Prisca, cuyo cuello y rostro estaban calcinados y sus facciones totalmente desfiguradas.
Su madre aún está desaparecida mientras que su padre, cuyos pies y tobillos están quemados, era atendido en otro lugar.

"No sé qué decir", respondió Sri al preguntarle si culpaba a las autoridades por no haberles dado aviso de evacuar a su familia. "¿Enojada contra quién? Sólo estoy triste y muy asqueada".

El volcán, en el corazón de la isla de Java densamente poblada, ha entrado en erupción decenas de veces y ha matado a más de 1.500 personas en el último siglo. Pero decenas de miles de personas viven en sus laderas, atraídas por el suelo fértil gracias a la lava y los vestigios volcánicos.

La actividad más reciente comenzó el 26 de octubre. Después de la explosión del viernes —que los vulcanólogos consideraron la mayor en 140 años_, las autoridades anunciaron por altavoces que la zona de peligro había sido extendida a 20 kilómetros (12 millas) en torno del cráter.

Hasta ahora, pueblos como Bronggang estaban considerados dentro de una "zona segura".

"El calor nos rodeó y había humo blanco en todo lugar", dijo Niti Raharjo, de 47 años, que fue derribado de su bicimoto junto con su hijo de 19 años cuando huían.

"Vi gente correr, gritando en la oscuridad, mujeres tan asustadas que se desmayaron", recordó desde un hospital donde él y su hijo fueron internados con quemaduras".
"Hubo una explosión que pareció como de una guerra... y empeoró y empezaron a caer cenizas y escombros", agregó.

Merapi significa Montaña de Fuego. Su mayor peligro son siempre los flujos piroclásticos. Esas nubes pueden alcanzar temperaturas de hasta 750 grados centígrados (1.400 Fahrenheit) mientras descienden por las cordilleras a velocidades de hasta 100 kilómetros por hora (60 millas por hora).

"¡Estamos totalmente abrumados aquí!", dijo Hery Nogroho, portavoz del hospital Sardjito, a medida que llegaban víctimas con heridas serias.

Incluso se ordenó la evacuación los científicos de la estación de monitoreo del Merapi.
Las erupciones se han ido intensificando, a pesar de previas predicciones que aseguraban que docenas de explosiones que siguieron a la principal del 26 de octubre suavizarían la presión detrás una cúpula del cráter.

"Nunca lo he visto actuar de esta manera", dijo Surono, un experto en volcanes que ha observado al Merapi durante más de 15 años. "No sabemos qué va a ocurrir".
Más de 75.000 personas que viven en las laderas del monte han sido evacuadas y transportadas a refugios de emergencia, muchas por la fuerza.

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