martes, 5 de julio de 2011

Con olor a campaña

EL PUEBLO


Hace quince días, cuando sólo se sabía que la operación practicada al presidente Hugo Chávez se debía a un “absceso pélvico”, el ex embajador de Venezuela en México, Vladimir Villegas, dio a EL UNIVERSAL su pronóstico personal: “Esto se termina antes del 5 de julio, día del bicentenario, con Chávez llegando triunfante y rozagante con la batalla ganada”.

Villegas es uno de los pocos que dio en el blanco con su pronóstico. El Chávez que regresó ayer a Caracas no estaba demacrado, como en algunos de los videos, ni tenía la tez amarilla como en el discurso televisado del pasado viernes. Estaba alegre, su voz firme y “contento de estar en casa de nuevo”.

No hará falta ni unidad de cuidados intensivos en el hospital militar, ni un espacio adaptado para urgencias en el Palacio de Miraflores. Ayer mismo fue al llamado “balcón del pueblo” para dirigirse a sus seguidores, aunque la confusión y la incertidumbre sobre el futuro no terminan de despejarse, incluso con el presidente en casa.

“¿Quién puede garantizar que Chávez esté realmente enfermo?”, se preguntaba ayer un opositor. “Acá no tenemos parte médico, sólo la palabra del presidente”, acotó cauteloso.

El analista José Vicente Carrasquero no salía anoche de su asombro. “Creo que se está utilizando la enfermedad políticamente, electoralmente. Hubo varios analistas que ya habían advertido que había que estar atentos antes del 5 de julio, ya que hace años que (Chávez) venía anunciando los actos del bicentenario”, precisó el profesor de la Universidad Central.

“Absolutamente previsible”

Uno de los que había advertido que el mandatario podría regresar para esta fecha es Luis Vicente León, de Datanálisis, para quien “la llegada del presidente era absolutamente previsible”, no sólo porque hoy se celebra el bicentenario sino porque “con su enfermedad se generan fuertes incertidumbres en la base y en la dirigencia del chavismo. En la primera se potencia la desilusión y en la segunda la lucha por el poder. Por eso su regreso, para poder mantener la unidad de la revolución”.

Por lo demás, todos son dudas. La puesta en escena de ayer, con acto político y todo, tiene el olor a un lanzamiento de campaña, en medio de un cúmulo de problemas que azotan al país desde hace meses y que no encuentran respuesta.

Las versiones surgidas del chavismo ya hablan de un inminente cambio de gabinete, de cara a la contienda electoral del año próximo, y en la que los que se movieron por debajo, perfilándose ante la posibilidad de una sucesión, pagarán caro su osadía.

“De lo que no hay duda es de que se manipuló la información con fines propagandísticos, como muchas de las cosas que hace el gobierno”, sostuvo este lunes Carrasquero.

Sólo con el correr de los días se sabrá hasta dónde llega el presunto cáncer de Chávez, hasta dónde llegaron sus supuestas operaciones y hasta dónde está en riesgo su salud, o si todo fue sólo un montaje, con el único fin de generar la reaparición milagrosa del presidente “en el epicentro de Bolívar”.

Hasta ahora la información es escasa y los datos corroborables lo son más aún. Lo único verídico es que Chávez, con sus confesados males a cuestas, está en el país, listo para presidir los actos del bicentenario, y lleno de energía. Triunfante.

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