miércoles, 6 de julio de 2011

La absuelven de haber asesinado a su hija

DIARIO.COM


Orlando— Un jurado de la Florida absolvió ayer a Casey Anthony de los cargos de asesinar a su hijita Caylee de dos años, en un caso que cautivó a todo Estados Unidos desde que la pequeña desapareció hace tres años.

La mujer de 25 años no mostró ninguna reacción cuando se leyó el veredicto del jurado después de menos de 11 horas de deliberaciones en dos días, pero poco después rompió a llorar y abrazó a su abogado. De haber sido condenada por asesinato en primer grado pudo haber sido sentenciada a muerte.

En cambio, fue hallada culpable de mentir a los investigadores que averiguaban la desaparición de la pequeña. El juez Belvin Perry la sentenciará mañana y podría recibir hasta un año de cárcel por cada cargo de haber mentido.

Caylee desapareció en junio de 2008 y su cadáver fue hallado en un bosque cerca de la casa de sus abuelos seis meses después. El forense no pudo determinar cómo murió.

Los abogados de Anthony sostuvieron que Caylee se ahogó accidentalmente en la piscina de la familia y que la aparente despreocupación de su madre no era sino una máscara emocional provocada por abuso sexual de su padre.

La fiscalía afirmó que Caylee fue sofocada con cinta adhesiva por una madre que le encantaba salir de fiesta y se tatuó en italiano la frase “vida hermosa” en el mes en que su hijita estaba desaparecida e inventó mentiras complicadas para engañar a todo el mundo, desde los investigadores hasta sus propios padres.

Anthony no habló durante el juicio, que comenzó a mediados de mayo. Como el caso recibió tanta atención en Orlando, fueron traídos jurados desde la zona de Tampa Bay y recluidos durante todo el juicio.

El defensor de Anthony, José Báez, admitió que su cliente había mentido e inventado amigos imaginarios y aun un padre falso para Caylee, pero afirmó que eso no significaba que hubiera matado a su hija.

Trató de convencer a los jurados de que la niña se ahogó accidentalmente en la piscina y que, cuando la mujer se desesperó, el padre de ella, un ex policía, decidió hacer que pareciera un asesinato tapando la boca de la niña con la cinta adhesiva y arrojando el cuerpo en el bosque. Agregó que la aparente indiferencia de la mujer ocultaba una alteración emocional causada por abuso sexual a manos de su padre.

El padre desmintió enérgicamente tanto el encubrimiento como el supuesto abuso. La fiscalía calificó esas afirmaciones de absurdas por considerar que nadie trata de simular que un accidente ha sido un asesinato.

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