EL PUEBLOPanamá se unió a la lista de ciudades con grandes rascacielos en el mundo. El pasado 6 de julio, Donald Trump inauguró el complejo hotelero y comercial Trump Ocean Club en este país centroamericano.
La construcción de esta torre de 293 metros de altura, con forma de vela desplegada, inició en 2007 en la zona de Punta Pacífica, a menos de dos kilómetros del parque Omar, reconocido por su belleza natural.
El magnate estadounidense invirtió 430 millones de dólares en el complejo que ostenta el honor de ser el más alto de Latinoamérica y de calidad seis estrellas.
Cuenta con 369 habitaciones y 47 suites con una bonita vista al océano Pacífico y a la bahía de Panamá. Dispone de 37 elevadores y 635 departamentos para residencias, casino y un centro comercial con dos pisos llenos de tiendas de diseñador.
Su club de playa privado en la Isla Viveros ofrece la oportunidad de relajarse en una piscina y una terraza donde podrán cenar frente al mar.
Las lujosas habitaciones están equipadas con audio y video de primer nivel y bañeras de mármol.
El exterior está revestido de vidrio azulado. Su interior está decorado en mármol, alfombras alusivas al clima tropical y detalles como troncos de casi 100 años traídos del lago Gatún del Canal de Panamá.
Alberga dos restaurantes que, se presume, pronto se posicionarán en el gusto de los más selectos comensales: Tejas, especializado en mariscos, y el Barcelona, que ofrece comida regional panameña. Cuenta con un bar privado con las mejores reservas vinícolas del mundo.
Sus 635 residencias están valuadas en más de un millón de dólares y la habitación más económica por noche oscila entre los 329 y 500 dólares, según la temporada.
Su peculiar forma, que pronto lo convertirá en emblema de la región, fue obra de la constructora colombiana Arias Serna Saravia.
La exclusiva zona del hotel se encuentra a 15.3 kilómetros del aeropuerto internacional de Tocumen y a menos de 15 minutos del Museo de Arte Religioso Colonia.
La construcción de esta torre de 293 metros de altura, con forma de vela desplegada, inició en 2007 en la zona de Punta Pacífica, a menos de dos kilómetros del parque Omar, reconocido por su belleza natural.
El magnate estadounidense invirtió 430 millones de dólares en el complejo que ostenta el honor de ser el más alto de Latinoamérica y de calidad seis estrellas.
Cuenta con 369 habitaciones y 47 suites con una bonita vista al océano Pacífico y a la bahía de Panamá. Dispone de 37 elevadores y 635 departamentos para residencias, casino y un centro comercial con dos pisos llenos de tiendas de diseñador.
Su club de playa privado en la Isla Viveros ofrece la oportunidad de relajarse en una piscina y una terraza donde podrán cenar frente al mar.
Las lujosas habitaciones están equipadas con audio y video de primer nivel y bañeras de mármol.
El exterior está revestido de vidrio azulado. Su interior está decorado en mármol, alfombras alusivas al clima tropical y detalles como troncos de casi 100 años traídos del lago Gatún del Canal de Panamá.
Alberga dos restaurantes que, se presume, pronto se posicionarán en el gusto de los más selectos comensales: Tejas, especializado en mariscos, y el Barcelona, que ofrece comida regional panameña. Cuenta con un bar privado con las mejores reservas vinícolas del mundo.
Sus 635 residencias están valuadas en más de un millón de dólares y la habitación más económica por noche oscila entre los 329 y 500 dólares, según la temporada.
Su peculiar forma, que pronto lo convertirá en emblema de la región, fue obra de la constructora colombiana Arias Serna Saravia.
La exclusiva zona del hotel se encuentra a 15.3 kilómetros del aeropuerto internacional de Tocumen y a menos de 15 minutos del Museo de Arte Religioso Colonia.
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