MILENIO"
El mundo bipolar ya no existe", afirmó en la Asamblea General de Naciones Unidas la presidenta argentina, Cristina Fernández, para quien el Consejo de Seguridad "ha perdido funcionalidad" y no está en sintonía con los peligros del mundo actual.
Naciones Unidas.- Argentina y Bolivia se sumaron hoy a las denuncias de muchos países en vías de desarrollo de que un grupo de naciones no puede seguir detentando el poder mundial y que reclaman una reforma profunda del Consejo de Seguridad de la ONU.
"El mundo bipolar ya no existe", afirmó en la Asamblea General de Naciones Unidas la presidenta argentina, Cristina Fernández, para quien el Consejo de Seguridad "ha perdido funcionalidad" y no está en sintonía con los peligros del mundo actual.
Naciones Unidas.- Argentina y Bolivia se sumaron hoy a las denuncias de muchos países en vías de desarrollo de que un grupo de naciones no puede seguir detentando el poder mundial y que reclaman una reforma profunda del Consejo de Seguridad de la ONU.
"El mundo bipolar ya no existe", afirmó en la Asamblea General de Naciones Unidas la presidenta argentina, Cristina Fernández, para quien el Consejo de Seguridad "ha perdido funcionalidad" y no está en sintonía con los peligros del mundo actual.
El Consejo de Seguridad, principal órgano decisorio de la Organización de Naciones Unidas donde solo están desde su creación en 1946 como miembros permanentes Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido, fue blanco de muchos ataques en la 65 sesión de la Asamblea General.
"Ha cambiado el escenario mundial. Quienes estaban sentados tenían la posibilidad ante un botón colorado de provocar un holocausto nuclear. Era un mundo bipolar que hoy ya no existe", remarcó Cristina Fernández en un discurso improvisado en el foro mundial, que reúne a líderes de 192 naciones.
Reclamó por ello una "fuerte" reforma de la ONU al igual que de los organismos de crédito, por considerar que fracasaron en su misión de mantener una economía estable a nivel global.
Fernández propuso una nueva legislación internacional sobre fondos financieros, que calificó de "buitres" que golpean sin piedad a las economías.
Para el presidente boliviano, Evo Morales, "hay que acabar" con el Consejo de Seguridad, porque solo responde a los intereses de Estados Unidos y no de la seguridad mundial.
"Es un Consejo de inseguridad", dijo hoy Morales en una rueda de prensa en la ONU, donde exigió una "profunda revolución" de esta organización mundial para "empezar a democratizarla".
Mientras, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, planteó en su intervención la aspiración de su país a formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU.
"Con fe en el futuro de la Organización, hago hoy expresa, ante esta Asamblea, la aspiración de mi país a ser miembro del Consejo de Seguridad para el periodo 2011-2012", afirmó Santos en su discurso, de fuerte contenido regional.
"Queremos ser la voz de América Latina y el Caribe en el Consejo de Seguridad, en este momento muy especial para nuestra región", agregó.
Sin embargo, la aspiración de Colombia de representar a Latinoamérica en ese órgano de Naciones Unidas cuenta al menos ya con la oposición declarada de Morales, quien el miércoles expresó su rechazo y sugirió que era el candidato de Estados Unidos.
A su turno, el presidente de Haití, René Préval, subrayó en la Asamblea General de la ONU la importancia de que las elecciones de fines de noviembre en su país sean transparentes, y agradeció a la comunidad internacional la ayuda prestada tras el devastador terremoto del pasado 12 de enero, que asoló particularmente a la capital, Puerto Príncipe.
El gobernante salvadoreño, Mauricio Funes, pedirá a la comunidad internacional que apoye la lucha de México y Centroamérica contra el crimen organizado y el narcotráfico, según avanzaron fuentes diplomáticas.
Venezuela está representada por el embajador ante la ONU, Jorge Valero, porque el presidente Hugo Chávez, que suele acaparar la atención mediática, no viajó a Nueva York por la proximidad de las elecciones legislativas del próximo domingo.
En esta sesión, el líder más polémico es el presidente iraní, Mahmud Admadineyad, quien durante su discurso del jueves en la apertura de la Asamblea General insinuó que los atentados del 11-S en Washington y Nueva York fueron una conspiración estadounidense vinculada con Israel, lo que provocó el abandono de la sala de las delegaciones de Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Costa Rica.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, calificó hoy de "ofensivas" y "llenas de odio" las declaraciones de Ahmadineyad durante una entrevista con el servicio en farsi de la BBC, y de la que la Casa Blanca difundió algunos extractos.
También el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó de "inaceptable" que Ahmadineyad empleara su intervención ante este foro mundial para sembrar dudas sobre la responsabilidad y los motivos detrás de los ataques del 11-S.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, expresó, por su parte, su "rechazo más absoluto" a las declaraciones del presidente iraní y dijo que la mayoría de los países que asistieron a la reunión ministerial sobre la Alianza de Civilizaciones celebrada hoy en Naciones Unidas se sumaron a la condena.
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