viernes, 17 de septiembre de 2010

Pozo del Golfo, a punto de ser clausurado

MILENIO
El gobierno de EU informó la noche del jueves que un pozo de alivio perforado a una profundidad de casi cuatro kilómetros (2,5 millas) bajo el fondo del Golfo de México logró unirse con el pozo dañado de BP.

Nueva Orleans.- Cinco agonizantes meses después de que una explosión hundió una plataforma de perforación y comenzó el peor derrame de petróleo en alta mar en la historia de Estados Unidos, el pozo dañado está a punto de ser clausurado de una vez por todas.

El gobierno de Estados Unidos informó la noche del jueves que un pozo de alivio perforado a una profundidad de casi cuatro kilómetros (2,5 millas) bajo el fondo del Golfo de México logró unirse con el pozo dañado de BP, una maniobra que preludia el taponamiento definitivo, que deberá ocurrir antes del domingo.

El almirante jubilado de la Guardia Costera Thad Allen, quien representa al gobierno frente a la crisis provocada por el derrame petrolero, dijo en un comunicado que los datos muestran que los dos pozos ya quedaron unidos bajo el fondo marino.

El siguiente paso será el de inyectar lodo y cemento a través del pozo de alivio para taponar desde el fondo el pozo roto, de forma permanente.

El chorro fue contenido provisionalmente a mediados de julio, después que se instaló con éxito un mecanismo de válvulas encima del pozo, sobre el fondo marino.

Posteriormente se vació lodo y cemento sobre la parte superior del pozo, permitiendo que el mecanismo se retirara. Sin embargo, el pozo no podía ser declarado muerto hasta que se tapara desde abajo.

El 20 de abril, una explosión hundió la plataforma Deepwater Horizon, matando a 11 trabajadores y provocando el derrame que finalmente arrojó 780 millones de litros (80 millones de galones) de petróleo en el Golfo.

BP PLC es el propietario mayoritario del pozo y rentó la plataforma de perforación de Transocean Ltd.

La catástrofe causó una pesadilla medioambiental y económica para las personas que viven, trabajan y disfrutan de cientos de kilómetros de la costa estadounidense del Golfo de México, desde la Florida a Texas.

También detonó muchas investigaciones civiles y penales, la salida del director de BP, Tony Hayward (propenso a meteduras de pata) y trajo un mayor escrutinio gubernamental a la industria del petróleo y gas, incluyendo una costosa moratoria sobre la perforación en aguas profundas que sigue vigente.

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